Pensamientos aleatorios

jueves, 24 de noviembre de 2016

Amigos verdaderos versus amigos tóxicos

Uno de los mayores apoyos emocionales con los que se cuenta cuando se tiene depresión son los amigos. Es de vital importancia contar con personas que nos entiendan, alienten y nos den el espacio necesario para ser nosotros mismos. De la web Lifehack tomé estos tips sobre los amigos verdaderos versus los amigos tóxicos que comparto con ustedes:








lunes, 31 de octubre de 2016

viernes, 16 de septiembre de 2016

Si estás deprimido, ve esto... si no, también


Esto de la depresión tiene mucha tela; es fascinante por un lado, ya que puede llegar a estudiarse, entenderse en toda su dimensión y tratarse; pero, por otro lado es frustrante, porque el concepto está rodeado de mitos y tabúes que afectan el punto de vista tanto del que la sufre como también el punto de vista del que rodea al deprimido, provocando un desacertado trato o esfuerzo para contrarrestarla. Esta serie de vídeos, realizados por un joven español, dan una perspectiva exacta de este mal, esta enfermedad mental, que yo prefiero llamar “enfermedad emocional”.
Pido disculpas de antemano, ya que en el español europeo hay palabras y expresión de uso cotidiano, que para quienes vivimos en latinoamerica resultan ser palabrotas y no quiero que lector alguno de este blog se sienta ofendido.

Palabras de apertura para quienes nos sentimos deprimidos



Conceptos que nos ayudan a entender la depresión tal y cómo es, derrumbando mitos absurdos



Para quienes conocen a alguien con depresión

martes, 23 de agosto de 2016

Depresión: Yo tenía un perro negro

Una de las cosas que me ayuda a afrontar cualquier situación es poder entenderla. A veces me es necesario tener una explicación detallada, pero de vez en cuando solo basta recibir una explicación básica. El siguiente es un vídeo que explica de manera muy clara y sencilla los sentimientos que tiene una persona que padece depresión y la forma para afrontarlo.

domingo, 10 de julio de 2016

Cómo funciona la ansiedad

He estado varias semanas con ataques de ansiedad. Me he dedicado ha hacer lo mínimo posible; es decir, lo que me cause menos ansiedad. Hoy me he animado un poco a ver algo sobre este tema y conseguí este canal donde dan una explicación fácil de entender y con el cual aprendí y me di cuenta de muchas cosas interesantes. Hasta llegué a pensar a modo de chiste que esta persona había estado espiándome la vida. Son 3 vídeos, así que tómense un tiempo para escucharlos con atención.



miércoles, 18 de mayo de 2016

La otra amiga tóxica: la ansiedad

Pues bien, ha llegado el momento de describir a mi ansiedad. Pero primero debo decir que aunque los síntomas y sentimientos que hay detrás de la depresión y ansiedad son similares, pienso que cada uno sufre de estos males a su manera, cada quien los asume a su manera; así que la depresión es personalizada y la ansiedad es personalizada.


Mi ansiedad puede comenzar sin previo aviso; aunque hay días desde que despierto que ya sé va a ser un mal día. Como hay días que todo parece normal y algún evento pequeño la dispara sin compasión; de modo que sé que mi paz interior es frágil y hasta la más leve briza la derrumba, como si estuviera haciendo equilibrio sobre el filo de un cuchillo filoso.
¿Cómo describir a mi ansiedad? Es estar pisando un charco con medias puestas.
Donde una conversación es un ruido molesto, una comida te sabe a algo que te puede enfermar, una pregunta se convierte en una acusación, el saludo de quien no has visto hace tiempo es el preámbulo de alguien que te quiere pedir un favor, un proyecto es un esfuerzo inútil que no te lleva a una meta, es solo pensar en lo desagradable que es estar pisando ese charco con medias puestas.
En los episodios de ansiedad siento un inmenso temor a todo lo que me rodea, un temor sin rostro, sin nombre, sin alguien persiguiéndome, una gran necesidad de lanzar un grito de miedo, de acelerar mi respiración porque me falta el aire a ratos; es ver las señales de una tormenta que quizás nunca llegue, pero temo que llegue.
La ansiedad entonces me aterra, me bloquea y me aleja de cualquier cambio que para bien o para mal la naturaleza misma de la vida debe llevar a cabo.

¿Cómo enfrento a mi ansiedad?

Es imposible enfrentarla, solo aparece y se va burlándose de mi. Aunque reconozco que hacer ejercicios de respiración ayudan un poco a pasar el rato.

¿Qué es lo peor de mi ansiedad?

Lo peor quizás sea no poder exteriorizar cómo estoy, significaría preocupar a quienes me rodean, una preocupación que se traduce en la reiterada pregunta: “¿cómo te sientes hoy?”. Esa pregunta es uno de los gatillos que disparan mi ansiedad (uno de los pocos que reconozco a tiempo). Es que puedo sentirme bien en ese momento, pero segundos después ya no, entonces la pregunta no tiene sentido; además, la pregunta suena a: “Ya que ahora que te sientes bien, seguro ya no te va a pasar más”. ¡Qué inocentes son algunas personas.

sábado, 2 de enero de 2016

Entre frustraciones e incomodidades

Estoy de viaje, lo que significa que debo enfrentar una serie de incomodidades que comienzan por el traslado desde donde vivo actualmente hasta la ciudad donde viví muchos años de mi adolescencia y parte de mi vida adulta. Básicamente para mi estar de viaje es viajar sólo a 2 lugares, 2 hogares cuyas condiciones de habitabilidad son difíciles de igualar, son camas distintas, espacios distintos para maniobrar mi silla de ruedas, los servicios básicos difieren; por un tiempo estas diferencias pasaron de ser un completo fastidio a ir transformándose poco a poco en condiciones suficientemente soportables, aprendí a adaptarme y ha llegado a ser lo suficientemente cómodo estar en una u otra ciudad.
Por otra parte, viajar transtorna mis actividades, significa posponer o cancelar planes y metas, ¿frustrante? A mi si me frustra, no tengo la habilidad de tener un plan B para cada proyecto a emprender (de los pocos que de vez en cuando me provocan). Tamaña excusa para no querer hacer algo en la vida.
Es común que el cambio de ubicación venga acompañado con secuelas en mi salud. A veces es sólo un resfriado (soportable) o algún malestar estomacal durante muchos días (dame paciencia mi Señor). Otras, como me ha estado ocurriendo durante ya varios días, me expongo a algún brote de una enfermedad exótica. Una vez fue Chikungunya, actualmente es Zika, menudo imán de andar viajando coincidentemente con el brote en el ambiente de la ciudad de destino.
Ahora a sumar otras variables (que para mi son constantes, por la ley de Murphy supongo). Noches como la de hoy es frecuente que mi hermano esté de guardia en su trabajo, mi mamá se sienta mal de salud y los demás que viven en esta casa hayan decidido irse a la cama temprano sin aviso... Me toca, una vez más, dormir sentado en mi silla. No, no es mala suerte (no creó en eso); son los gajes del oficio de tener una discapacidad. No haber cenado, otra vez. Tener que aguantar las ganas de ir al baño, otra vez. Cancelar cualquier actividad del día siguiente, otra vez... Varios "otra vez" juntos, no en fasciculos coleccionables, todos juntos en una misma edición.
¿Frustrante? Si, claro. ¿Incómodo? Definitivamente.
No tengo ni siquiera un plan A para estos casos... Seguramente me tocará volver a viajar cuando lo tenga casi resuelto.
Lo siento... Esta vez no tengo alguna reflexión final.