Pensamientos aleatorios

miércoles, 9 de diciembre de 2015

Bajón y negaciones nuevas

Gruta de Son Doong, Vietnam

Sospecho que mi depresión se oculta frecuentemente en otros síntomas, solo para fastidiarme. Tengo un resfriado y, como todo resfriado, presenta sus síntomas de manera tal que mi incomodidad hacia todo lo que me rodea se dispara. No obstante, me siento confundido. Ya días antes del resfriado, venía notando un aumento de mal humor e intolerancia hacia por los más mínimos eventos. Así que este bajón no se si achacárselo a mi depresión o al resfriado.
Siempre tengo una lucha interna cuando se me presenta alguna caída emocional, hago una investigación a la inversa de todos los eventos antes de mis recaídas y quiero darles un origen distinto a mi depresión; yo termino suponiendo que son negaciones usadas como mecanismo de autodefensa o un ejercicio inútil para tratar de huir de ella.
Lo cierto, que lo primero que me viene en mente (dejando a un lado lo del resfriado), es una cantidad de temas que no quiero tratar. Recuerdo de asuntos que aunque pudiera explicar, dudo que pueda dar entender cómo me pudieran llegar a afectar.
Bueno lo intentaré con un asunto: la muerte de mi papá. Después de varios meses enfermo de cáncer, en sus últimos días vi que era un hombre consciente pero débil (yo suponía que se debía a la radioterapia, tenía la certeza que mejoraría un poco), pero en cuestión de horas no despertó más , durante esas horas finales no me acerqué al lugar donde estaba siendo atendido en la casa por mi silla de ruedas, sería un estorbo andar por ahí cerca, así que mientras mi familia decidía todo lo que se iba a ser no tuve más remedio que tratar de despejar la mente en cualquier actividad, cuidándome que no fuera algo que hiciera que recordara esos últimos momentos cada vez que se repitiera la misma actividad; me puse a ver televisión, pero haciendo zapping para que ninguna programación fuese el swiche que a futuro conectara esos recuerdos; efectivamente hoy día no tengo idea alguna de qué programa estaban pasando, yo solo hacía zapping sin quedarme viendo algo en específico; si recuerdo el momento en que mi papá comenzó a rechazar toda ayuda que mi familia le estaba brindando (en su último esfuerzo, a pesar de estar dormido, rechazó que le siguieran extrayendo líquido de los pulmones con unos tubos que le entraban por la nariz e iban conectados a un aparato que se encargaba de hacer la succión). Si, fue impactante ver a mi papá en su aparente inconsciencia aceptando lo inevitable; mi mamá trataba de convencerlo, una de mis hermanas trataba de convencerlo, mi hermano trataba de convencerlo; yo no pronuncié palabra alguna, ni me acerqué, porque sabía, sin que nadie me explicara, que él no despertaría más.
En un último intento decidieron llevarlo a un centro médico; supongo que por lo inútil que me sentía no me di cuenta sobre la intensión de una de mis hermanas al darme una pastilla, un calmante... sé que escuché que era un calmante, pero yo estaba bloqueado, solo me dijo tómate esto; luego todo fue para mi como la filmación de Zapruder; así que vi cuando lo pasaron a la camilla, vi cuando lo llevaron hasta la puerta de la casa y desapareció; no vi cuando lo montaron en la ambulancia, ni cómo le fue en el traslado, ni cómo llegó a la clínica; no vi qué otros intentos se hicieron para ayudarlo, tampoco vi cuándo dejó de respirar; sin poder dormir, muy tarde en la noche me llaman para que mi papá me echara la bendición y luego temprano a la mañana siguiente me llaman para informarme que había muerto.
Pude verlo en la urna a duras penas, yo en mi silla de ruedas quedaba muy bajo y apenas alcanzaba a ver; qué impotente me sentí, todos podía mirar por mucho rato y yo solo un instante tratando de grabarme su rostro. Luego para el funeral, por circunstancias adversas para mi, no pude asistir.

¿Cómo me ha afectado?

En ningún momento lloré ni me sentí demasiado triste, con el tiempo supe que la fulana pastilla era para eso, para que yo no me sintiera tan mal; pero eso estuvo mal, yo no he llorado a mi papá como es debido. Pienso en eso con mucha frecuencia y es un recuerdo recurrente.
La gente no debe suprimir el dolor cuando es necesario expresar dolor. Definitivamente este suceso es de las primeras cosas que me vienen a la mente cuando recaigo en mi depresión. Repasar con mucho detalle todo lo que pasó ese día, la impotencia de no poder estar a su lado esas últimas horas; tener que esperar la noticia de su muerte; no poder verlo en su lecho de muerte; no haberlo podido llorar. Qué impotencia de verdad, qué impotencia...

sábado, 5 de diciembre de 2015

Sepanlo bien retrotontos, yo odio a Maickel Melamed

Por el amor de Dios, no actúes como si supieras más de la enfermedad que la persona con discapacidad / Imagen tomada de pixabay

Maickel Melamed es una persona que tiene algo llamado “retraso motor”, una condición física que dificulta sus movimientos. A pesar de ello, es una persona que se ha preparado profesionalmente y ha participado en eventos que requieren un enorme esfuerzo físico. Según su página web, ha practicado deportes extremos como el parapente, paracaidismo, buceo, montañismo y ahora el atletismo. ¡Todo un individuo muy singular!
Pero lo odio... no como persona, ni por sus logros académicos, ni deportivos; es admirable que tenga el deseo y la capacidad para emprender los proyectos que se propone. Antes de explicar ese odio que siento, debo argumentar algo primero.
A todas las personas con discapacidad se nos agrupa de distintas formas, así que en resumidas cuentas somos o sordos, o ciegos, o tenemos movilidad limitada y términos así. Total que muchas personas sin discapacidad (no me vengan con el pensamiento de: “todos tenemos algunas discapacidad, unos más que otros”; pues no, no todos tienen discapacidad, es solo la excusa de quienes tienen la idea en la cabeza de que si no han logrado algo que una persona con discapacidad sí hace es porque son discapacitados, desde mi punto de vista solo se valen de una excusa para no hacer lo que sus capacidades sí les permite hacer); repito, muchas personas sin discapacidad tienden a considerar que todos los que tienen una discapacidad (que fastidio tener que escribir los términos exactos, para que este escrito sea “políticamente correcto”)... todos los que tienen una discapacidad, están dentro de un mismo paquete; pero no es así; por ejemplo, los sordomudos, ellos tienen esa discapacidad y perciben el mundo de una manera muy distinta a los que no son sordos ni mudos; claro, se adaptan bien, pero dentro de su entornos las cosas las tratan y resuelven de una forma distinta; no me voy a extender en explicar a profundidad cómo es el universo de lo sordomudos, es solo dar una idea de cómo viven su vida.
Aun cuando la mayoría de las personas pueda entender que cada tipo de discapacidad es distinta, lo que muchos pasan por alto es que dentro de cada grupo también existen diferencias significativas en cada uno de los individuos de ese grupo; sus capacidades, metas y logros son muy personales y únicos; y aquí es donde entra el tema de mi odio hacia Maickel Melamed.
A ver, que una persona sin discapacidad vea a Maickel Melamed como una persona admirable, un ejemplo a seguir y todo un personaje que le da el empujón emocional que necesita para seguir adelante, porque “si lo hace él que está así, entonces yo lo puedo hacer”. ¡Bravo, persona sin discapacidad! Acabas de tener tu epifanía, eso es exactamente el valor útil de las personas que a pesar de su condición hacen grandes cosas.
Lo que es cruel y odioso es pretender que las demás personas con discapacidad tengamos que verlo así. Si agarramos a 10 personas que tengan el mismo diagnóstico que Maickel Melamed (retraso motor), lo peor que puede hacer alguien es creer que los 10 puedan o deban lograr hacer lo que hace él. ¡Pues no retrotonto! Esos 10 individuos no tienen porqué llegar a ser como Maickel Melamed. De esos 10, algunos se echarán a morir, otros se enfocarán en otras cosas que les resulten para vivir la vida, quizás hasta habrá alguno que supere las capacidades de Melamed.
Si agarramos a 10 personas que tengan el mismo diagnóstico que Maickel Melamed (retraso motor), lo peor que puede hacer alguien es creer que los 10 puedan o deban lograr hacer lo que hace él. 
Así que mi odio hacia Maickel Melamed es porque hay quienes lo toman de espejo para que, los otros con discapacidad, nos veamos reflejados y “logremos superarnos en la vida”, hasta en los casos en que nuestra condición es muy distinta a las de él. Ya de por sí nuestras limitaciones son tan deseables como pellizcarse el ombligo con un alicate; así que, no hagas eso retrotonto, no lo hagas. Es cruel, insensible y pesado querer empujarnos por un camino que no es el nuestro, pensar que podemos desarrollar capacidades que no somos capaces de afrontar; nos desarrollamos y sobrevivimos de formas muy diversas, a ritmos distintos; donde unos podrán superar hasta a quienes no tienen discapacidad alguna; otros no podremos llegar a la esquina, caeremos, nos recuperaremos o nos quedaremos en el sitio o hasta iremos de retroceso.
No todos desarrollamos las mismas limitaciones, pueden variar diametralmente entre una persona y otra.
Maickel Melamed, es un ejemplo para quienes no tienen una discapacidad. Para mi es solo un tipo que participa en maratones y, que yo sepa, nunca ha llegado en los primeros lugares y así que en mi silla de ruedas no me animo a hacer lo que él hace; yo me burlo de Maickel Melamed por no llegar de primero; pero es su vida, a mi me provoca hacer otras cosas. ¿Acaso me la paso animando a todos a ser astronautas? Yo considero que eso sí es un logro, así que cualquiera que camina debería ser astronauta... No, es broma, yo no soy retrotonto.

¿Qué debe hacer un retrotonto que tenga la tentación de animar a una persona con discapacidad?

Nunca uses el ejemplo de otros con discapacidad como pañuelo para enjugar nuestras lágrimas o para animarnos tipo “Yes you can!”, no, no y no. No, ni lo pienses retrotonto.
Intenta enterarte de nuestras capacidades físicas y mentales; la manera de ayudarnos a pulirlas y no dudes nunca cuando yo te diga: “yo no tengo la capacidad de hacer eso que me dices”. He terminado lastimado físicamente por algún retrotonto que cree que puedo hacer lo que le dije que no puedo hacer.

¿En qué cosas debes interesarte de una persona con discapacidad?

No te hagas una idea surgida de: “Yo tengo un primo que tenía lo mismo”. Más bien trata de entender su enfermedad personalizada, de dónde viene, cómo se desarrolló, qué limitaciones causa, qué limitaciones tiene “esa persona que conoces” con esa enfermedad (no todos desarrollamos las mismas limitaciones, pueden variar diametralmente entre una persona y otra), cómo hacer más cómoda su vida; puedes enterarte de todo consultando en Internet o con algún profesional o simplemente preguntándole a la persona con discapacidad. Y por el amor de Dios, no actúes como si supieras más de la enfermedad que la persona con discapacidad.